Reconciliación después de 500 años

Un llamamiento a favor de la anulación de la Bula de Excomunión del Papa León X contra Martín Lutero y todos sus seguidores, y por la retirada de la condena de los reformadores al Papa como «Anticristo»

I. Los acontecimientos de los años 1520/21
La trágica historia, que hizo a Martin Lutero y al Papa León X oponentes irreconciliables, incluso 500 años después de los acontecimientos, llama nuestra atención. La Bula Papal del 15 de junio de 1520 amenazando la excomunión de Lutero y sus seguidores fue seguida por la verdadera Bula de Excomunión del 3 de enero de 1521. La Convocatoria del Imperio en Worms, recibió la Bula de Excomunión el 13 de febrero por el Nuncio del Papa Jerónimo Alexandre. Con la aparición de Martín Lutero ante la convocatoria del Imperio, incluyendo al emperador Carlos V, el 18 de abril de 1521 en Worms, se llevó acabo el Edicto de Worms, privando así a Martín Lutero y todos sus seguidores de todos sus derechos. El confuso conflicto siguió su curso, que es bien conocido por todos.

II. Una nueva luz después del Concilio Vaticano II sobre los acontecimientos del pasado
Agradecemos a Dios que, con una nueva luz, los esfuerzos ecuménicos en los años siguientes al Concilio Vaticano II en los diálogos entre católicos y luteranos, han contribuido decisivamente a comprender los acontecimientos de ese tiempo. Muchos esfuerzos del proyecto “Condenaciones doctrinales – División De la Iglesia”, con el consenso sobre la doctrina de la Justificación en Augsburg 1999, ha alcanzado un punto máximo. Por lo tanto, nos parece que con ocasión de la conmemoración de la Bula de Excommunication hace 500 años, el 3 de enero de 1521, es hora de que las Iglesias de ese tiempo, que afectan no sólo al reformador Martin Lutero sino también a todos sus seguidores, recibieran un nuevo juicio. Esto debe incluir la condena a Martin Lutero por el Papa Leo X, así como la condena de Lutero al Papa como „Anticristo”.

Con nuestra propuesta para el 500º aniversario, día de la Conmemoración, nos inspira ese importante acontecimiento del 7 de diciembre de 1965, cuando – último día del Concilio Vaticano II – en el Salón de la Asamblea del Concilio Romano en presencia del Papa Pablo VI, y al mismo tiempo en el Phanar de Constantinopla en presencia del Patriarca Atenágoras I, se proclamó una declaración, que dice: «No se puede pretender negar estos deplorables acontecimientos, fueron lo que fueron durante este período tan problemático de la historia. Sin embargo, hoy se les puede juzgar con más justicia y serenidad”.
De esta forma, el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras I, lamentaban igualmente las sentencias de excomunión infligidas mutuamente en el año 1054 y que debe retirarse tanto de la memoria como del centro de la Iglesia y «comprometerían a que estas excommuniones pasen al olvido».

Somos conscientes de que los dos representantes de la Iglesia, el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras I, se reunieron en igualdad de condiciones; mientras que en el año 1521 el Papa Romano, como máxima autoridad De la Iglesia y el monje Martin Lutero y sus seguidores, sólo se pronunciaron argumentos teológicos para exclusiones mutuas. De los 41 artículos de la Bula que amenazan las excommuniones, se puede ver que en el momento de las diferencias al comienzo del conflicto entre Roma y Wittenberg tendrían consecuencias muy graves. Por último, Martin Lutero en sus artículos de Schmalkaldische de 1537, reanudó su acusación ya planteada en 1520, de que el Anticristo estaba sentado en la silla papal, e incluso que la Iglesia Romana había caído en la idolatría.

Pero durante los diálogos ecuménicos que siguieron al Concilio Vaticano II, se hizo cada vez más evidente que estos reproches ya no se mantienen por el luteranismo. El resultado de estos diálogos fue que Martin Lutero, una vez acusado de herejía, puede entenderse más profundamente como “testigo de Jesucristo”, tal como se formula en la Declaración Conjunta de la Comisión catolica-luterana (1983). También la Declaración conjunta sobre la doctrina de la Justificación (JDDJ) de 1999 elaboró el mensaje sobre la Redención por Jesucristo como base de la fe que se une profundamente no sólo a los luteranos y católicos sino también a las Comuniones Mundiales de Metodistas, Reformados y Anglicanos. En cuanto a las respectivas condenas doctrinales del siglo XVI se expuso en el No.41: “De ahí que las condenas doctrinales del siglo XVI, por lo menos en lo que atañen a la doctrina de la justificación, se vean con nuevos ojos: las condenas del Concilio de Trento no se aplican al magisterio de las iglesias luteranas expuesto en la presente Declaración y, las condenas de las Confesiones Luteranas no se aplican al magisterio de la Iglesia Católica Romana, expuesto en la presente Declaración”.

III. Consecuencias para el momento y el futuro ecuménico
El Grupo Ecuménico de Altenberg desarrolla los tres pasos siguientes:

1. Mundo
Habida cuenta de estos acontecimientos esperanzadores y con vistas al 500º aniversario de la excomulgación de Martin Lutero el 3 de enero de 2021, pedimos al actual Obispo de Roma, Papa Francisco, en consulta con el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad Cristiana, declare que las condenas de la Bula de excommunión de 1521 no se aplique a los miembros de hoy de las Iglesias Luteranas- Evangélicas. Relacionamos esta solicitud con el “Memorando de los Worms” del 6 de marzo de 1971, en el que se pidió al Papa que anunciara “una aclaración sobre la persona y la enseñanza de Martin Luther desde el punto de vista católico de hoy en día, en aras de profundizar el trabajo ecuménico”. Lo que no fue posible hace unos 50 años debería lograrse en el „Año del Ecumenismo 2021“.

De la misma manera pedimos al Presidente de la Federación Luterana Mundial, el arzobispo Dr. Musa Panti Filibus de Nigeria, junto con el Comité Ejecutivo de la Federación Luterana Mundial, que declaren: La condena de los Papas como «Anticristo» por Martín Lutero y los escritos confesionales evangélicos luteranos (Bekenntnisschriften: Apología de la Confesión de Augsburgo, Artículos Schmalkaldische, Tractatus sobre el Poder y Primacía del Papa, Fórmula de Concordancia) no se aplican al actual Papado y sus ministros.

En un acto común, tal vez teniendo lugar al mismo tiempo en diferentes lugares, ambas partes podrían extinguir de la memoria de la Iglesia, comprometiéndose al olvido de las palabras y los hechos, que llevaron a la excomunión de Lutero, así como a las condenas del «Anticristo».

2. Alemania
Al principio de la Reforma, los conflictos entre Lutero y el Papa tuvieron lugar principalmente en suelo alemán. Hasta el día de hoy influyen en el clima ecuménico de Alemania. Por lo tanto, pedimos a la Conferencia de Obispos Alemanes en consulta con el Comité Central de Católicos Alemanes, así como con el Consejo y el Sínodo de la Iglesia Evangélica en Alemania, una declaración pública común lamentando los acontecimientos de la antigua época y esperando que se anulen las condenas mutuas, que condujeron a la separación entre las Iglesias. De esta manera, apoyarían la preocupación de anular las condenas anteriores y evitar una recaída en descalificaciones mutuas o incluso condenas.

3. Congregaciones
Invitamos a todas las comunidades/congregaciones, reuniéndose en un evento de culto ecuménico en o alrededor del segundo domingo después de Navidad, 3 de enero de 2021, a combinar la alegría de que Dios se acerque a nuestro mundo con una acción de reconciliación después de 500 años. (Existe un proyecto para esto.) Agradecemos la cooperación de las iglesias cristianas locales (ACK) en la acogida a esta invitación y su disposición a realizarlo, por ejemplo durante la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos (18 a 25 de enero o la semana anterior a Pentecostés), de manera que en el futuro podamos caminar por el camino de la justicia y la paz en la diversidad reconciliada.-

En la fiesta del Espíritu Santo [Pentecostés] recordamos las palabras del apóstol Pablo, que son el lema del domingo de Pentecostés de este año para todos nosotros: «Todos nosotros, en efecto, seamos judíos o griegos, esclavos o libres, hemos recibido en el bautismo un mismo Espíritu, a fin de formar un solo cuerpo; a todos se nos ha dado a beber de un mismo Espíritu» (1 Corintios. 12, 13)

Altenberg (cerca de Colonia), 31 de mayo de 2020, en Pentecostés

En nombre del Grupo Ecuménico Altenberg («Altenberger Ökumenischer Gesprächskreis»):

Profesor Dr. Josef Wohlmuth, Bonn
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De texto original aleman traduito de Profesor Andres Valencia